Cuando una nueva temporada da comienzo, los equipos recién ascendidos, salvo algunas excepciones, suelen ser serios candidatos a descender en todas las casas de apuestas. Esto es algo que entra dentro de la normalidad, sobre todo si echamos un vistazo a la clasificación de las cinco grandes ligas europeas durante los últimos cinco años. En España, equipos como Hércules, Xerez, Tenerife, Numancia o Murcia son un ejemplo de cómo un conjunto que logra el ascenso a Primera tiene serias posibilidades de descender al año siguiente. En Italia, Novara, Brescia, Livorno o Lecce tampoco pudieron mantenerse en la élite más de una temporada consecutiva. Hansa Rostock, Duisburgo, Sankt Pauli o Hertha de Berlín en Alemania, y Derby County, Birmingham, WBA, Burnley o Blackpool en la Premier también se vieron sometidos a este fenómeno. Por último, en la otra gran liga europea, la francesa, este condicionante se ha venido repitiendo con especial asiduidad. Dijon, Arles, Boulogne, Nantes, Le Havre, Metz o Estrasburgo son la muestra.
En la actual temporada, sólo hace falta echar un vistazo a las clasificaciones de estas grandes ligas para darnos cuenta de que la gran mayoría de equipos recién ascendidos están pasando apuros. Deportivo y Celta no parecen ser capaces de levantar el vuelo en la Liga BBVA; Torino, Pescara y Sampdoria sobreviven en la parte baja del Calcio, al igual que Bastia, Reims y Troyes en la Ligue 1; en la Premier League, Reading y Southampton pelean por salir del hoyo; por último, en Alemania, Greuther Futh y Fortuna Düsseldorf se encuentran en los puestos bajos de la Bundesliga.
De esta quema únicamente parecen salvarse Valladolid y West Ham, en España y en la liga anglogalesa respectivamente. Y por supuesto, el Eintracht de Frankfurt, que aparece como el único equipo recién ascendido que lucha por los puestos altos de la tabla en alguna de las cinco grandes ligas europeas. Por supuesto, el caso del Eintracht no se debe al azar. La explicación está en la excelente planificación deportiva que han desarrollado los dirigentes de este histórico equipo alemán en los últimos años. El Eintracht, que cosechó grandes éxitos en Alemania y en Europa en la década de los 70 y en la de los 80, ha vuelto con fuerza a la élite del fútbol alemán, compitiendo de tú a tú con equipos poderosos como Bayern, Dortmund, Leverkusen o Schalke. Actualmente ocupa la quinta plaza de la clasificación empatado a 24 puntos con los de Huub Stevens. Tras un inicio de temporada arrollador, el Eintracht ha bajado un poco el nivel en los últimos encuentros con tres derrotas, dos empates y sólo una victoria. Aun así, está dentro de puestos europeos con un global de siete victorias, tres empates y cinco derrotas, algo inimaginable hace unos meses.
Armin Veh fue el técnico que consiguió ascender al Eintracht a la Bundesliga. El ex entrenador de Hamburgo, Wolfsburgo o Stuttgart (club con el que consiguió el título liguero en la temporada 2006-2007), cogió las riendas del equipo en junio de 2011 y lo llevó directo a la máxima categoría como segundo equipo clasificado de la 2.Bundesliga, con un global de 20 victorias, 8 empates y 6 derrotas, a tan sólo dos puntos del líder, el Greuther Futh.
La clave del éxito del Eintracht comienza en la portería, donde Kevin Trapp está llamado a ser uno de los mejores porteros de Alemania. Con tan sólo 22 años su nombre ya ha sonado como futurible para la selección alemana. Su caso se repite en el lateral derecho, puesto en el que se ubica Sebastian Jung, jugador que compite con Farfán por ser el más rápido de la Bundesliga. Jung tiene 22 años, y ya ha sido convocado por Joachim Löw para la Mannschaft. Sus incansables subidas por la banda, su entrega y su desorbitada velocidad le están convirtiendo en una de las sensaciones de la temporada. En el lateral izquierdo, otro joven alemán, Bastian Oczipka, de 23 años, es el amo y señor de la banda. Un jugador de gran envergadura y no exento de calidad que llegó a principio de temporada procedente del Leverkusen. En el centro de la zaga el producto nacional alemán deja paso a un peruano, Carlos Augusto Zambrano, y a un brasileño, Anderson Bamba. Ninguno de ellos supera los 24 años y aun así ambos cuentan con amplia experiencia en Alemania. Vladim Demidov, viejo conocido de la afición donostiarra, suele esperar su turno en el banquillo.
En el centro del campo la solidez, la verticalidad y la movilidad son las principales características. Veh suele jugar con un 4-2-3-1 en el que los hombres de ataque permutan continuamente sus posiciones. La corrección táctica y la capacidad de distribución del suizo Pirmin Schwegler se complementan en el doble pivote con el joven Sebastian Rode. Por delante de ellos, Stefan Aigner se mueve por banda derecha complementándose bien con Jung, mientras que Alexander Meier se comporta como la pieza clave que hace que todo el equipo funcione. Su larga trayectoria en el Eintracht así como su facilidad a la hora de ver puerta le convierten en uno de los jugadores más respetados en el vestuario y más queridos por la afición del Commerzbank-Arena. Mención aparte merece el japonés Takashi Inui, para mí el mejor jugador del equipo. Este atacante, que suele partir de la banda izquierda, se mueve con libertad por el campo trazando diagonales y haciendo uso de su gran conducción de balón. Además, el jugador asiático se asocia con acierto. Inui está llamado a seguir el efecto Kagawa y pronto los 1,2 millones de euros que pago el Eintracht al Bochum por su pase pueden quedarse en nada ante una oferta millonaria de algún grande. Por su estilo de juego, lo veo en el Arsenal y probablemente Wenger ya tendrá apuntado su nombre.
Por último, en punta de ataque el argelino Karim Matmour y el canadiense Olivier Occean pelean por un puesto en el 11 de Armin Veh. Ambos son jugadores experimentados, y mientras Occean ha jugado 8 partidos como titular y ha marcado un tanto, Matmour cuenta con la misma cifra goleadora después de 5 partidos formando de inicio. Son cifras goleadoras pobres y son los jugadores de tres cuartos de campo los que están asumiendo ese rol. Inui, con 3 tantos, Aigner con 5 y, sobre todo, Meier, con 9 goles sostienen al equipo en la faceta goleadora.
La sensación que le queda a uno después de ver jugar al Eintracht de Frankfurt es que a pesar de las malas rachas de juego que le puedan hacer perder puntos, o pese a la gran calidad con la que cuentan los grandes clubes de la Bundesliga, y sobre todo ante la dificultad de encontrar un nueve goleador, el Eintracht no es un equipo que vaya a estar de moda hasta invierno para posteriormente pasar al olvido. La solidez del equipo, el hambre de triunfo, la correción técnica y el espíritu competitivo del conjunto que dirige Amin Veh están haciendo posible que aquello que a principio de temporada se veía como un espejismo pase ahora a ser una realidad alcanzable. Lo que es seguro es que vamos a disfrutar durante muchos años con El Eintracht en la máxima categoría del fútbol alemán. Los malos tiempos pasaron. Ahora toca disfrutar.
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