Ante todo, Ancelotti no es un entrenador defensivo como se le ha venido acusando. Sí que estoy de acuerdo en que cometió un error el día del partido de Champions contra el Barça no asegurándose la victoria por echar el cerrojo en el Camp Nou.
Viéndolo así, es un técnico incluso arriesgado y valiente. Su mayor virtud es acoplarse a los jugadores que tiene para ir variando el sistema de juego. De hecho, en aquel demoledor Milan de 2004 fue rotando posiciones hasta que dio con la clave del 4-4-2 con rombo enmedio y Pirlo de director de orquesta -hasta entonces jugaba más adelantado-.
En la final de Champions contra el Liverpool usó este esquema para dar salida por los costados, apoyándose en Gattuso y Seedorf, dos de los mejores centrocampistas del momento, aunque con menos talento organizador que Kaká y Pirlo, los que distribuían por el eje central.
Ya en su época del PSG, comenzó usando 4-3-3 con Lucas, Ibra y Lavezzi en la punta de ataque. Pero en la gran mayoría de veces pudo vérsele con 4-4-2 desplazando a Pastore a la izquierda y apostando por Lavezzi-Ibra arriba. Comenté en su día cómo jugaba el PSG en este post. Justo antes de irse de París, el dibujo final fue 4-2-3-1 (Lavezzi, Pastore, Lucas en línea de tres) y siempre Ibra como referencia de 9.
Estamos hablando, por tanto, de un entrenador que puede adaptarse a los intercambios de posiciones de Özil, Isco (si llega) y Cristiano. Todo podría tener cabida con él, aunque sigo opinando que Isco no es necesario para este Madrid.
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