"Plan renove" en el Internazionale Milano

El fútbol es, cuanto menos, impredecible. Hoy estás aquí, mañana estás allí, hoy ganas, mañana pierdes. Es lo bello de este deporte que tanto amamos.Hace muy poquito Gasperini pasó por el banquillo neroazurro con más pena que gloria y seguidamente le sucedió Ranieri, con no mejor suerte que su antecesor. Lo que nadie esperaba es que un hombre de la casa, Stramaccioni, fuese quien lograse enderezar el timón de la nave.Una nave que por momentos se vio fuera de Europa, sin rival que le respetase y con una plantilla que dejaba bastante que desear para tratarse de un grande europeo.

El fracasado fichaje de Forlán dejó dinero en las arcas del club, pero también el sentimiento unido de decepción y vacío a su vez en la delantera. Y es que hace poco más de dos meses los nombres que ocupaban la punta de ataque eran Pazzini, el propio Forlán y Diego Milito (94 años entre los tres). Con la vuelta de Coutinho del Espanyol y la contratación de Rodrigo Palacio llegó un soplo de aire fresco en la entidad, que se ha culminado recientemente con la llegada de Cassano, interista confeso desde la cuna pese a que nació y comenzó jugando en Bari. No fuimos pocos los que recordamos aquel maravilloso control en carrera y gol al propio Inter el año de su debut, rompiendo a dos veteranos de guerra como Panucci y Blanc para batir al portero por bajo.

El fichaje de "il talentino" deja también la generosa cantidad de 7'5 millones de euros en las arcas del club neroazurro, puesto que la operación incluía dicha cantidad más Pazzini. Un movimiento, desde mi punto de vista, muy acertado para los intereses del club que preside Moratti. Reforzada la delantera, el siguiente paso era la medular: una zona muy maltrecha tácticamente desde que Gasperini trató sin éxito de prescindir de Sneijder. El elegido fue Gargano, puro músculo del Napoli e internacional uruguayo. También se hicieron con los servicios de Gaby Mudingayi como cedido.

Los cimientos del nuevo Inter estaban puestos, pero faltaba la guinda del pastel: un jugador de largo recorrido para la banda izquierda, de la que Nagatomo es amo y señor, subiendo a pie cambiado desde la posición del lateral. Y ese jugador fue Álvaro Pereira. El "palito", como se le conoce en Uruguay, comenzó a sonar como jugador destacado en la pasada Copa América 2011, donde quedó campeón con su país. Habitual en las alineaciones del Oporto, es un futbolista de largo recorrido, carrilero puro. Y puede actuar tanto de interior como de lateral ofensivo al más puro estilo estilo Gareth Bale (salvando las distancias, obviamente).

No olvidemos la contratación menos sonada, pero quizás la que puede marcar un antes y un después en la carrera de Julio César. Recordemos que también llegó Handanovic, portero estrella del Udinese e indiscutible para la selección de Eslovenia. Sin duda, este movimiento marcó el inicio de un futuro negro del portero brasileño, quien de momento ya ha perdido el puesto de titular con su país y tiene ofertas para salir del Inter (entre ellas, una muy seria del QPR).

Mi once tipo para este nuevo Inter sería un 4-3-2-1 con Handanovic - Nagatomo, Matías Silvestre, Samuel, Maicon - Pereira, Cambiasso, Guarín - Palacio, Sneijder - Cassano.