La grandeza de Nene y la injusticia del fútbol

Era la temporada 2009-2010. Anderson Luiz de Carvalho, más conocido como Nene, volvía a Mónaco después de su cesión al Espanyol, club en el que cuajó un gran año (34 partidos y 4 goles en Liga). El club del Principado, que pagó 7,5 millones de euros por él al Celta en 2007, consiguió tras esa cesión que el brasileño se enchufase e hiciese una magnífica temporada en la liga francesa. Jugó entonces 34 partidos y marcó 14 goles, a sólo cuatro del pichichi de la Ligue 1 (Mamadou Niang, del Olympique de Marsella). 

Nene nunca había jugado con la selección de Brasil, y en 2007, cuando militaba en el Celta, juró la Constitución española (llegó a España en 2003 y jugó en Mallorca y Alavés antes que en Vigo). A partir de ese momento, Nene podría ser convocado con la selección que dirigía Luis Aragonés y que por aquel entonces encadenaba fracaso tras fracaso. Eso cambió, como es sabido, con la Eurocopa de 2008. Y fue en 2010 cuando Nene, tras su gran campaña con el Mónaco, sonaba con fuerza para ir convocado con España de cara al Mundial de Sudáfrica. El Diario As lo reflejó. Nene era distinto a lo que tenía España, un jugador que podía jugar en ambas bandas, con gol y con facilidad para formar parte del juego interior. Finalmente Vicente Del Bosque optó por otros nombres y la posibilidad de que Nene entrase en la historia de nuestro país se quedó en nada.

 
Sin embargo, el PSG no cometió el mismo error que Del Bosque y apostó por Nene. Aquel verano pagó cinco millones a un Mónaco con necesidad de vender y se hizo con el que fue el líder del equipo hasta la llegada de los petrodólares. En la temporada 2010-2011 Nene marcó de nuevo 14 goles en los 34 partidos que jugó, y justo ese año, su anterior equipo, el Mónaco, descendió sin él a la categoría de plata (¿Casualidad?).

Pero fue la temporada pasada cuando Nene se salió. Ya no sonaba para la selección española, campeona del mundo y con excedentes en todos los puestos, pero en Francia se convirtió en el mejor jugador de un PSG en el que ya se habían instalado los jeques y que contaba con nombres como Menez o Pastore o Gameiro. Marcó 21 chicharros y fue el máximo goleador de la Ligue 1 empatado a tantos con Olivier Giroud. Hizo la mejor temporada de su vida y a pesar de ello el PSG perdió el título ante el modesto Montpellier. Aun así, Nene sonó esta vez para jugar con Francia, selección a la que le hubiese venido de perlas un jugador como él. Sin embargo, la renovación que intentaba Laurent Blanc buscaba juventud y le dejó fuera, ya con la treintena cumplida. As también se hizo eco de aquella posibilidad.

Las malas noticias continuaron en la presente temporada, puesto que Carlo Ancelotti dejó de contar con él. El fichaje de Zlatan Ibrahimovic y la posterior llegada de Lucas Moura en invierno le dejaron sin sitio en el equipo. Es decir, un centrocampista que logró superar los 20 goles convirtiéndose así en el máximo goleador del equipo, se quedaba ahora fuera. El fútbol, que tanto sobrevalora e infravalora a jugadores, se mostró injusto con Nene. 

Y al final ni Brasil, ni España, ni Francia, ni PSG. Pero sí una carrera envidiable. Pocos jugadores se han marchado tan aclamados de tantos equipos como Nene. Y seguramente la afición parisina siempre recordará a este talentoso brasileño que ha decidido continuar su carrera en Qatar, en busca de los millones que le aseguren una vejez sin sobresaltos. Tiene 31 años y puede que sea un hasta luego. Algunos deseamos volver a verle en Europa, donde sería titular en el 80% de los equipos de Francia, Alemania, Inglaterra, Francia y España. Ojalá que así sea.