Las dudas que pueden llevar al Granada a 2ª
Borja Gómez, Íñigo López, Diego Mainz, Pape Diakhaté, Odion Ighalo, Carlos Aranda y Youssef El-Arabi son los culpables. El Granada no domina las áreas y por eso luchará por no descender hasta el final. Por supuesto, podríamos debatir si el actual esquema de Lucas Alcaraz y el anterior de Juan Antonio Anquela hacen este problema más evidente, pero está claro que los centrales y los puntas del Granada ofrecen dudas. Y eso se paga.
El Granada ha marcado 28 tantos en 32 jornadas, siendo el segundo equipo que menos goles consigue, por detrás de Osasuna y muy cerca del Zaragoza. No es casualidad que estos tres equipos estén luchando por la permanencia. Ni Ighalo, ni El-Arabi, ni Aranda han demostrado merecer ser el delantero centro titular del Granada. De hecho, lo primero que hizo Alcaraz al llegar al banquillo nazarí fue apostar por un 4-4-2 con dos hombres gol arriba, pero ni así consiguió solucionar el problema. Sin ir más lejos, el pasado sábado ante el Valladolid el Granada dominó el juego pero fue incapaz de encontrar el camino del gol.
Y es que Ighalo muestra destellos de delantero de calidad pero se diluye con el paso de los minutos y se pierde en batallas en las que se sabe derrotado desde el inicio. No es consciente de sus defectos y eso le impide aprovechar al máximo sus virtudes. Sus cuatro goles son un pobre balance para un delantero que ha disputado casi veinte partidos como titular. Del mismo modo, El-Arabi llegó a Granada a cambio de cinco millones de euros, cifra que le ha lastrado sobremanera. La afición nazarí espera mucho de un jugador que no parece adaptarse a la velocidad de la Liga española ni al sistema de juego del Granada. Sus cualidades son inmejorables y en cada partido ejecuta un par de jugadas dignas de un crack, pero tiene una dolencia crónica que se llama irregularidad. En 17 partidos como titular ha marcado tan solo cinco tantos. Ante la alarmante falta de gol, Aranda llegó en el mercado de invierno, pero su aportación ha sido igualmente escasa. Ha marcado un único tanto en ocho partidos como titular e incluso Ighalo y El-Arabi parecen estar por delante de él.
El segundo y no menos importante problema del Granada llega en defensa. Sólo cuatro equipos de la Liga española reciben más goles que el conjunto nazarí, lo que sin duda se debe al bajo nivel de los centrales de los que dispone Lucas Alcaraz. Si bien Ighalo, El-Arabi y Aranda poseen calidad, Diakhaté, Íñigo López, Borja Gómez y Mainz son jugadores de un perfil más cercano a la Segunda división que a la élite. De hecho, ninguno de ellos es titular o suplente. Anquela antes y Alcaraz ahora han rotado los centrales en función de las sensaciones que cada uno de ellos dejó en un momento dado. Esta inestabilidad ha afectado incluso a Nyom y Toño, futbolistas que han llegado a perder el puesto debido a la falta de seguridad que transmite la zaga. Sólo un jugador del nivel de Siqueira se salva.
Así las cosas, el Granada ha conseguido mantenerse con la cabeza fuera de los puestos de descenso gran parte de la temporada gracias a su brillante centro del campo. Recio, Iriney, Mikel Rico y Brahimi por el medio, y Buonanotte, Torje y Nolito en bandas mantienen al equipo compitiendo de tú a tú con el resto de conjuntos de la parte baja de la tabla. Por ahora logran tapar las carencias en ambas áreas. Pero si Ighalo y El-Arabi no comienzan a marcar, y si Diakhaté y Mainz no empiezan a mostrar solvencia, volverán a perder su sitio. Y Aranda, Íñigo López y Borja Gómez volverán al once. Y volverán las dudas. Y éstos dejarán de nuevo el once. Y retornarán los que no convencieron. Y así es prácticamente imposible que un equipo se salve.
Y es que Ighalo muestra destellos de delantero de calidad pero se diluye con el paso de los minutos y se pierde en batallas en las que se sabe derrotado desde el inicio. No es consciente de sus defectos y eso le impide aprovechar al máximo sus virtudes. Sus cuatro goles son un pobre balance para un delantero que ha disputado casi veinte partidos como titular. Del mismo modo, El-Arabi llegó a Granada a cambio de cinco millones de euros, cifra que le ha lastrado sobremanera. La afición nazarí espera mucho de un jugador que no parece adaptarse a la velocidad de la Liga española ni al sistema de juego del Granada. Sus cualidades son inmejorables y en cada partido ejecuta un par de jugadas dignas de un crack, pero tiene una dolencia crónica que se llama irregularidad. En 17 partidos como titular ha marcado tan solo cinco tantos. Ante la alarmante falta de gol, Aranda llegó en el mercado de invierno, pero su aportación ha sido igualmente escasa. Ha marcado un único tanto en ocho partidos como titular e incluso Ighalo y El-Arabi parecen estar por delante de él.
El segundo y no menos importante problema del Granada llega en defensa. Sólo cuatro equipos de la Liga española reciben más goles que el conjunto nazarí, lo que sin duda se debe al bajo nivel de los centrales de los que dispone Lucas Alcaraz. Si bien Ighalo, El-Arabi y Aranda poseen calidad, Diakhaté, Íñigo López, Borja Gómez y Mainz son jugadores de un perfil más cercano a la Segunda división que a la élite. De hecho, ninguno de ellos es titular o suplente. Anquela antes y Alcaraz ahora han rotado los centrales en función de las sensaciones que cada uno de ellos dejó en un momento dado. Esta inestabilidad ha afectado incluso a Nyom y Toño, futbolistas que han llegado a perder el puesto debido a la falta de seguridad que transmite la zaga. Sólo un jugador del nivel de Siqueira se salva.
Así las cosas, el Granada ha conseguido mantenerse con la cabeza fuera de los puestos de descenso gran parte de la temporada gracias a su brillante centro del campo. Recio, Iriney, Mikel Rico y Brahimi por el medio, y Buonanotte, Torje y Nolito en bandas mantienen al equipo compitiendo de tú a tú con el resto de conjuntos de la parte baja de la tabla. Por ahora logran tapar las carencias en ambas áreas. Pero si Ighalo y El-Arabi no comienzan a marcar, y si Diakhaté y Mainz no empiezan a mostrar solvencia, volverán a perder su sitio. Y Aranda, Íñigo López y Borja Gómez volverán al once. Y volverán las dudas. Y éstos dejarán de nuevo el once. Y retornarán los que no convencieron. Y así es prácticamente imposible que un equipo se salve.
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